Hoy resulta obligado hablar de
los recortes anunciados en la Propuesta de Egresos de la Federación para el
2017, sobre todo, del impacto previsible en los temas ambientales estratégicos
para el país –que por lo visto, no lo son tanto para quienes deciden dónde
meter las tijeras-.
Por principio de cuentas, el
analista Macario Schettino publica en el Financiero que el recorte afectará
más, en términos brutos, a la SEP,
con 32 mil millones; a la SCT con 31; Sagarpa, 26 y Semarnat, casi con 22 mil
millones.
Pero
en términos relativos, es decir, lo que representa el recorte respecto del
ejercicio anterior, a la Semarnat le va peor que a las otras secretarías, pues
pierde 38% de sus recursos de un plumazo.
Y de plano el recorte suena a
catástrofe si se considera que dicha Secretaría pasó de tener un presupuesto de
68 mil millones en 2015 a casi 56 mil en el presente ejercicio fiscal y bajará a
casi 36 mil en 2017.
Para no hacer el cuento largo,
quiere decir que la Secretaría responsable de preservar el medio ambiente del
país habrá perdido la mitad de sus recursos en tan sólo dos años, esto, bajo un
gobierno que llegó como coalición entre el PRI y el Partido Verde.
¿Cómo va a afectar el recorte
los programas de vigilancia, conservación, restauración, reforestación y apoyos
a las comunidades que cuidan y manejan los bosques, selvas y desiertos del
país, entre un largo etcétera?
Para empezar y de acuerdo con
la nota de Angélica Enciso publicada el día de ayer en el diario La Jornada, la
mayor disminución propuesta ocurrirá en la Comisión Nacional del Agua
(Conagua), organismo desconcentrado de la Semarnat, que pasaría de 42 mil 400
millones en 2016 a 26 mil millones de pesos.
A la Comisión Nacional
Forestal, Conafor se le asignarán poco más de 3 mil 800 millones de pesos, casi
40 por ciento menos de lo ejercido este año aunque, de acuerdo con un artículo
del Dr. Raúl Benet publicado en el portal de Aristegui Noticias, las mayores
afectaciones por el recorte anterior ya las había sufrido este organismo, al
reducirse el presupuesto destinado al aprovechamiento sustentable de los
bosques.
El mismo artículo menciona que
el presupuesto destinado a subsidios forestales pasó de 4,430 millones de pesos
en 2012 a 3,543 millones en 2015, lo que afecta el cumplimiento de metas “en
términos de conservación, restauración, manejo de los bosques, capacidades
técnicas, administrativas y financieras, producción, competitividad y acceso a
mercados de los productos forestales por parte de las empresas forestales
comunitarias.”
Por otro lado, al Instituto
Nacional de Ecología y Cambio Climático, el INEEC, también le han llovido los
recortes, pese a ser una pieza clave en el diseño de las estrategias para que
México cumpla con los acuerdos de reducción de emisiones signados en la COP21.El Instituto tendrá 211
millones de pesos, luego de haber recibido 215 este año, aunque al principio
del sexenio tenía 344 millones, es decir, en la presente administración habrá
perdido casi el 40% de sus recursos.
Finalmente, la Secretaría de
Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano sufrirá un recorte cercano al 40%, lo
que quiere decir que muy probablemente otros apoyos a las comunidades
campesinas destinados al manejo y cuidado de los ecosistemas, también sufrirán
severas pérdidas.
Ya ni hablar del recorte a
Conacyt de más de 23% que probablemente también le pegará a la investigación en
temas de conservación y sustentabilidad.
En contraste con todo lo
anterior, resulta que el Senado incrementará sus
recursos en 7.6% mientras que la Cámara de Diputados registrará un
incremento de 6.5%
Si consideramos que el costo
del agotamiento y degradación ambiental de México puede representar hasta el
13% del PIB, de acuerdo con cifras del Banco Mundial citadas en la Encuesta
Nacional de Medio Ambiente, el resultado de esta danza de las cifras es un
retrato de una visión de país que no apuesta ni a la defensa y construcción de
la soberanía, ni a la conservación y rescate de nuestro patrimonio común ni,
mucho menos, al bienestar de las mayorías.
Se avizoran tiempos muy difíciles
para los ecosistemas mexicanos, a menos que la sociedad civil comience a
organizarse en serio y exigir un golpe de timón.
Editorial del PUES en Primer Movimiento, noticiero matutino de Radio UNAM. Mireya Imaz, Marjory González. Se permite su reproducción citando la fuente.
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