martes, 24 de marzo de 2015

Biogás: la basura de unos puede ser la energía de todos

La Secretaría de Desarrollo Económico del Distrito Federal  anunció la semana pasada que el próximo año ¡por fin! entrará en operación en el Distrito Federal la planta de biogás más grandes del país, que se ubicará en lo que fue hasta hace poco el relleno sanitario de Bordo Poniente y que generará 80 mil mega watts para abastecer a la red pública de la capital.

   La noticia es buena porque significa que los residuos orgánicos acumulados por años se aprovecharán para generar electricidad, evitando que se desperdicie la energía del gas emitido y que el mismo contribuya al calentamiento del planeta.

   Pero vamos por partes, ¿cómo se produce el biogás con residuos municipales y cuál es la importancia de estas tecnologías?

   De manera natural al descomponerse la materia orgánica se genera metano y otros gases como bióxido de carbono, hidrógeno y nitrógeno, gracias al proceso conocido como digestión anaerobia, que quiere decir en ausencia de aire, realizado por las bacterias para alimentarse. Esto puede ocurrir tanto en la hojarasca de un bosque, en los residuos orgánicos de una composta como en nuestro sistema digestivo, sobre todo al comer frijoles.

   Pues bien, el gas metano, que representa alrededor del 70 por ciento del volumen de los gases emitidos por la materia orgánica, tiene un alto valor calórico, un metro cúbico produce aproximadamente 5 kilowatts/hora, lo mismo que medio metro cúbico de gas natural.

   Este gas se utiliza para producir energía eléctrica mediante turbinas,  plantas u otros sistemas de combustión, y también puede aprovecharse como combustible de uso doméstico en cocinas. Otra forma de aprovechar la energía contenida en los residuos orgánicos es mediante su incineración.

   Es tal el éxito de estas tecnologías en otros países, que por ejemplo 20 por ciento de la población de Suecia depende de la incineración de residuos orgánicos para su calefacción. El sistema es tan eficiente que los suecos han tenido que importar desechos del resto de Europa con tal de no quedarse sin combustible.

   En México la historia es muy distinta. De acuerdo con un estudio de Sedesol del 2008, en nuestro país se generan 108 mil toneladas al día de residuos sólidos municipales, sólo el 58 por ciento llega a rellenos sanitarios y 32.5 por ciento se queda en tiraderos a cielo abierto, 5 por ciento se dispone de forma clandestina.

   Para hacernos una idea del volumen que producimos, digamos que las más de 12 mil toneladas de residuos generados diariamente en la ciudad de México llenarían tres veces al mes el Estadio Azteca, de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente local.

   La disposición y manejo de la basura en México depende principalmente del reciclaje informal, de la pepena vaya, lo que lo hace ineficiente y deja desprotegidas a las personas que lo realizan, a merced  de líderes y mafias de la basura.

   De todos estos residuos, al menos 40 por ciento ciento son materia orgánica, pero en el país sólo aprovechamos el 5 por ciento de la energía que se podría generar, desperdiciando así un recurso que podría sustituir parte de nuestro consumo de petróleo.

   Afortunadamente ya existen casos exitosos del uso de estas tecnologías en nuestro país, como la planta de biogás del municipio de Salinas Victoria en Nuevo León que suministra electricidad para el alumbrado público y el Sistema de Transporte Colectivo de Monterrey y que podría llegar a generar 30 Mega Watts en los próximos años, de acuerdo con un estudio del Instituto de Investigaciones Eléctricas de la SENER.

   Y aunque insistimos en que la planta de biogás en el Bordo Poniente es buena notica, la verdad llega tarde, pues el pico o máximo de producción del gas ocurrió hace unos 8 años, de manera que se desaprovechó el mejor momento de este relleno sanitario. Pero más vale tarde que nunca.

   Para concluir queremos decir que la UNAM está contribuyendo activamente a la adopción de estas tecnologías, actualmente el Programa Universitario de Medio Ambiente, la Facultad de Química, el Instituto de Ingeniería  y el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, encabezados por la Coordinación de la Investigación científica y con recursos y apoyo del CONACyT, estamos instalando una planta piloto para tratar la fracción orgánica  de los residuos sólidos municipales de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México y el área conurbada del Valle de Toluca.

   Lo que buscamos es tener un modelo de un sistema de tratamiento altamente eficiente de los residuos orgánicos que producimos en las grandes urbes del centro del país.

   Ojalá que en los próximos años avancemos más rápido en el uso de estas tecnologías, para ello, las y los ciudadanos podemos contribuir en nuestra vida cotidiana tomando conciencia de cuán importante y urgente es tener el hábito de separar nuestros residuos domésticos. Que no le digan, que no le cuenten, separar sí sirve.

Editorial del Programa Universitario de Medio Ambiente en el noticiero Primer Movimiento de Radio UNAM, emisión del martes 24 de marzo de 2015.
Mireya Imaz, Marjory González. 2015, PUMA-UNAM. México. 
(Se autoriza la reproducción citando la fuente).

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