lunes, 23 de noviembre de 2015

Azotea verde, azul y oro

Vista aérea de la azotea de la CIC.


Estamos muy emocionados por la inauguración de la Azotea verde y fotovoltaica del edificio de la Coordinación de la Investigación Científica (CIC), un proyecto multidisciplinario que forma parte de la Estrategia de Universidad Sustentable EcoPuma, coordinado por el Programa Universitario de Medio Ambiente y en el que colaboran la propia CIC, el Instituto de Biología, el Jardín Botánico, el Instituto de Investigaciones en Energías Renovables, el Centro de Ciencias de la Atmósfera y la Dirección General de Obras y Servicios, todos de la UNAM.

   El diseño de naturación y la “paleta” vegetal, es decir las especies de plantas que se eligieron, estuvieron a cargo del Doctor Jerónimo Reyes, especialista en este tipo de instalaciones.

   La azotea es un laboratorio vivo que permite hacer investigación, como documentar de manera precisa los servicios ambientales que nos brindan dichos espacios, obteniendo datos sobre retención de agua de lluvia, captación de metales en plantas y eficiencia energética, que permitirán hacer propuestas para mejorar estas instalaciones de manera que cada vez se encuentren al alcance de un mayor número de personas. También permite realizar actividades educativas y es un espacio demostrativo.

   Además de agradable y colorida, la azotea verde, que abarca una superficie de 900 m2, ofrece diversos servicios ambientales, como mantener la humedad atmosférica y mitigar el efecto de “isla de calor” urbana que genera la radiación solar al rebotar en el concreto. De acuerdo con el libro ‘Techos verdes’ de Minke Gernot, en verano la temperatura de un techo regular puede llegar a más de 60°C, mientras que una azotea naturada no supera los 25 °C en promedio. Éste es uno de los parámetros que se están midiendo en la CIC para tener datos específicos de ciudades como la nuestra.

   Esta azotea también genera oxígeno y captura bióxido de carbono, permite rescatar y reproducir plantas nativas del Pedregal y es un refugio para distintas especies de aves, pequeños mamíferos como tlacuaches y cacomixtles, reptiles como lagartijas, y es sitio de alimentación para polinizadores como abejas, colibríes, mariposas y murciélagos.

   Los techos verdes también disminuyen el gasto por impermeabilización y mantenimiento de las azoteas, pues las plantas protegen la capa de impermeabilizante prolongando así su vida útil.

   Otro beneficio es que, debido a la vegetación, el escurrimiento de agua de lluvia se retarda, ayudando a evitar inundaciones (que ni falta hace).

   La instalación disminuye el uso de aires acondicionados y calefactores, pues los techos verdes amortiguan las temperaturas extremas.

   Esta azotea en partcular alberga plantas mexicanas resistentes a la sequía, como nopales, magueyes y crasuláceas como Echeveria y Sedum, plantas de hojas carnosas capaces de retener agua para resistir la temporada de secas. Éstas últimas son una curiosidad botánica, pues capturan y fijan carbono durante la noche, además de capturar partículas suspendidas y metales pesados como plomo, manganeso, zinc y cadmio, sobre todo en raíces y hojas. Dichas especies se recomiendan para las azoteas y muros verdes pues, al contrario del pasto, requieren poca agua.

   También se instaló una zona de milpa para medir la productividad de este cultivo en azoteas destinadas al autoconsumo. Hay que recordar que las milpas son un sistema agroecológico basado en el policultivo, es decir, donde se siembran varias especies como maíz, frijol, calabaza y chilacayotes, permitiendo tener alimentos en distintas épocas del año.

   Además se sembró una zona con plantas nativas con flores que aportan color y alimento para los polinizadores.

   La azotea tiene una zona de naturación directa, con varias capas de impermeabilizante sobre un dren para desalojar el excedente de agua de lluvia y un sustrato que sostiene directamente a las plantas, pero también se muestran varios tipos de naturación indirecta más accesibles, modulares, es decir en contenedores que se ensamblan, como Hidromacetas, contenedores ecológicos y contenedores de unicel reutilizado.

   Por otra parte, con el Instituto de Investigaciones en Energías Renovables sev instaló un sistema fotovoltaico, es decir, que capta la radiación solar mediante 84 paneles que producen 24 kilovatios pico (kWp), generando suficiente electricidad para abastecer dos meses de consumo del edificio entero. A la UNAM esto le significará, además, un ahorro por más de 28 mil pesos y la mitigación de 15 toneladas de CO2 equivalentes al año.

   Un sistema de monitoreo permite conocer los ahorros energéticos en tiempo real, que pueden consultarse AQUÍ.

   El Centro de Ciencias de la Atmósfera, por su parte, instaló una estación meteorológica que genera datos de temperatura, humedad, condiciones promedio del suelo y el ambiente, volumen de lluvia que cae sobre la azotea y concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera.

   Sólo resta decir que en la UNAM estamos convencidos de la urgencia de proyectos de este tipo, basados en el trabajo en equipo, cooperativo y multidisciplinario, para generar soluciones y alternativas a los problemas ambientales de nuestras ciudades.

   Estas iniciativas pueden ser el principio de una vida urbana con una mejor calidad ambiental, donde los humanos nos reconciliemos con la naturaleza y reencontremos los beneficios de la vida comunitaria y la búsqueda del bien común.

   ***Se puede visitar, hay que escribir a info@puma.unam.mx para agendar una cita***

Editorial del Programa Universitario de Estrategias para la Sustentabilidad en el noticiario Primer Movimiento de Radio UNAM, emisión del martes 8 de septiembre de 2015. 
Mireya Imaz, Marjory González. 2015, PUES-UNAM. México.
(Se autoriza la reproducción citando la fuente).

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