martes, 17 de noviembre de 2015

La dimensión ambiental en los albores del siglo XXI. Miradas desde la diversidad

¿Nos preocupa nuestro ambiente?
Estamos muy contentos porque hoy, 10 de noviembre, la UNAM presentará una colección de 26 publicaciones titulada Los mexicanos vistos por sí mismos, los grandes temas nacionales, mediante la cual la máxima casa de estudios se propuso realizar una fotografía, desde una visión multidisciplinaria, acerca de las percepciones, valores y actitudes de las y los encuestados en este principio de siglo, frente a los grandes retos, crisis y problemáticas que vive nuestro país.

    Cada tomo analizó los resultados de una encuesta aplicada a nivel nacional sobre temas como corrupción y cultura de la legalidad, derechos humanos, salud, pobreza, migración, entre otros. El tomo que coordinó y elaboró el (hasta ése momento) PUMA, lo titulamos La dimensión ambiental en los albores del siglo XXI. Miradas desde la diversidad.

 Tanto en la encuesta como en el análisis posterior, buscamos responder a grandes rasgos cuestiones como ¿cuáles son las diversas miradas de los mexicanos frente al ambiente?, ¿cómo lo perciben, estructuran y evalúan?, ¿cómo impactan la economía y el estilo de vida en sus actitudes y valores ambientales?

   Uno de los hallazgos de la encuesta es el lugar que ocupa el ambiente entre las múltiples preocupaciones de los mexicanos encuestados. En medio de una profunda crisis económica, educativa, de servicios básicos, así como frente a la incapacidad del Estado para brindarle seguridad a la población, no sorprende que la mayoría de los participantes le otorguen al tema “medio ambiente” un lugar relegado entre sus prioridades, salvo en la región Sur donde se le ubica en cuarto lugar; en contraste en la región Norte ésta es la penúltima preocupación.

   Esto no significa que los encuestados ignoren el estado del ambiente en el país. En general las personas muestran una mirada crítica frente a la calidad del ambiente que las rodea, pues casi la mitad (48.6 por ciento) la califica como mala o muy mala, y menos del 2 por ciento la considera buena.

   Entre los problemas ambientales que más inquietan a los encuestados destacaron la calidad del aire, la contaminación del agua y la basura, los cuales sienten que les afectan más a nivel personal y familiar.

   El estudio muestra, además, las condiciones de acceso a algunos recursos. Por ejemplo, en el caso del agua, sólo un tercio de la población manifestó que la obtiene de la llave, poco más de dos tercios consumen agua en garrafones y 40 por ciento compra agua embotellada; el abastecimiento de agua representa una de las problemáticas más importantes del momento.

   La encuesta ilustró la urgencia de socializar el conocimiento sobre las causas y los efectos de los procesos que impactan los socio-ecosistemas. La mitad de los entrevistados se da cuenta que se requiere acceso a mayor y mejor información y educación, para que las personas protejan el medio ambiente.

   Además de las diferencias regionales, hay una distinción entre las personas con estudios de licenciatura o posgrado, quienes exhibieron valores y actitudes relativamente más informadas, críticas y dispuestas a la participación ante la situación ambiental.

   Esto apuntaría a revisar el modo en que la educación puede contribuir a hacer realidad el desarrollo sostenible y a mejorar las condiciones de equidad en el acceso a los recursos, sin hacer de lado las estrategias de educación ambiental no escolarizada, además de ampliar y mejorar los medios de información, ya que más del 90 por ciento de los entrevistados, sin importar diferencias socio-económicas, se “informa” básicamente a través de la televisión.

   Un aspecto muy positivo es que la mayoría de los entrevistados se mostró dispuesto a participar en acciones de cuidado del medio ambiente, aunque del dicho al hecho hay mucho trecho. Entre las explicaciones que ofrece el trabajo a la falta de participación, y que pueden ser materia de estudios más detallados, destaca la poca confianza que los entrevistados les tienen a sus vecinos o a la aplicación de las leyes.

    La desconfianza generalizada que prevalece en la sociedad, estaría obstaculizando las acciones colectivas para la protección del entorno.

   La amenaza del cambio climático aparece lejana en las prioridades ambientales, penúltimo lugar de la lista, a pesar de la relevancia discursiva a nivel oficial y de los riesgos que representa para las personas y para el patrimonio natural del país.

   La gente asocia los efectos del cambio climático con eventos catastróficos, frente a los cuales se muestra paralizada; pero desconoce las causas y los procesos del cambio climático, lo que dificulta su participación en estrategias que disminuyan su propia vulnerabilidad.

   Pensamos que los resultados de la encuesta en general, dan una nota optimista, pues la mayor parte de los encuestados perciben la importancia del ambiente, y esta valoración no parece depender de circunstancias socioeconómicas, de nivel educativo o sexo, lo que abre un nuevo campo de acción para incorporar a diversos sectores y actores en la discusión de políticas públicas y en la participación del cuidado del ambiente.

   Además la mayoría de los entrevistados opinan que la labor de protección del ambiente es un deber colectivo y diferenciado.

   Por lo tanto, queda claro, a partir de las respuestas recogidas en este ejercicio, que la sociedad está abierta a actuar, pero su participación depende en mucho de la información que se ponga en sus manos.

Editorial del Programa Universitario de Estrategias para la Sustentabilidad en el noticiario Primer Movimiento de Radio UNAM, emisión del martes 10 de noviembre de 2015.
Mireya Imaz, Marjory González. 2015, PUES-UNAM. México. 
(Se autoriza la reproducción citando la fuente).

No hay comentarios:

Publicar un comentario