martes, 5 de abril de 2016

"Hoy no circula" y contaminación: ¿para quién se hace Ciudad?

Aviso callejero (Foto: Cuartoscuro).
¿Cómo les va de Hoy No Circula? Hoy vamos a hablar precisamente de este tema. Escríbanos, nos interesa mucho su opinión.

   Comenzaremos por insistir en que el Hoy No Circula es una medida que sirve de manera puntual, es un paliativo ante las contingencias ambientales que no resuelve el problema de la contaminación atmosférica ya que, en el mediano y largo plazo, incrementa el parque vehicular.

   Cabe mencionar que una forma de subsanar el error cometido en la década de los noventa de volver permanente, el entonces provisional Hoy No Circula, fue la introducción de la calcomanía doble cero, lo cual incentivó la renovación de parte del parque vehicular. Desgraciamente favoreciendo sólo a aquellos que pueden costear vehículos nuevos.

   ¿Qué pasa ahora? Por un lado, nos preguntamos ¿cuál es el panorama con el que se topó el millón de personas extra que, como mínimo, llegaron, esta mañana, de golpe, al transporte colectivo?

   Por cierto, como hasta las autoridades están hechas bolas, va un breviario cultural: el transporte colectivo público es el metro, rtp y el trolebús, el transporte colectivo concesionado es todo lo demás, metrobús, combis, microbuses, camiones, tren suburbano, taxis, ecobicici y bicitaxis.

   ¿Cómo funciona este conglomerado de opciones de movilidad colectiva? Por un lado, el público está saturado y sin mantenimiento y por el otro, el concesionado, es ineficaz, inconexo, inseguro, contaminante, y privilegia las ganancias y no las necesidades de las y los usuarios.

   Ya es hora, que nos digan las autoridades: ¿quién y cuándo va a meter en cintura a los dueños de las rutas de microbuses, combis y camiones que contaminan ostensiblemente? ¿Cuándo se les va a obligar a respetar las paradas y no cargar pasaje cada tres metros, a darle mantenimiento a sus unidades y ofrecer un trato digno a las y los usuarios, a no privatizar las calles para guardar y lavar sus unidades, ocasionando problemas viales y de seguridad? Bueno ¡que tengan placas! La mayor parte de la flota de microbuses opera con modelos de más de 15 años y en ellos se hace el 64% de los viajes en la Ciudad de México.

   Por otro lado, en materia de inseguridad en el transporte colectivo, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad, reporta que 7 de cada 10 mujeres afirmaron tener miedo de sufrir una agresión sexual en éste, en 2009 se registraron 88 violaciones en taxis y 28 en microbús y más del 50% de las y los usuarios de transporte en el Edomex, han sido víctimas de algún delito. De acuerdo con el INEGI 2014 de la Encuesta Nacional de Victimización y percepción de la violencia.

   Por otro lado, cabe preguntarse ¿qué tipo de ciudad y de movilidad se ha estado construyendo? La respuesta es evidente…ciudad para los autos, dislocada, desigual, contaminada, de espaldas al suelo de conservación y las áreas verdes, donde ganan los grupos de presión y perdemos la mayoría.

   El automóvil particular ahora es el enemigo a vencer, aunque por todos lados se le impulsa, en 2011 el gasto orientado al automóvil representó el 66% del total de los recursos destinados a obra pública en 10 estados, contra 22% para el transporte público o la infraestructura ciclista, de acuerdo con un estudio del ITDP. Las gasolinas están subsidiadas y la infraestructura del país se concentra en los automotores en general, desplazando opciones menos contaminantes como los trenes.

   El transporte de carga es otro privilegiado, cuya flota urge que se renueve por el tema ambiental pero también por la cantidad de accidentes mortales que provoca en las carreteras del país. Los horarios nocturnos de circulación y de carga y descarga deberían volverse permanentes y lo mismo va para los vehículos públicos de servicio.

   En el paraíso de la falta de regulación también viven los vehículos y la maquinaria de construcción, a esos solamente les aplican el “Hoy si contamino.”

   Por otro lado, las armadoras de autos han sido las ganonas por partida doble: nos venden autos más caros y de menor calidad que los modelos destinados al mercado de Estados Unidos, los estándares de emisiones también son menores y aun así hay quien no los cumple. Como la construcción de infraestructura privilegia a los carros, no es de extrañar que el año pasado, en plena recesión, la industria automotriz tuviera ganancias récord en nuestro país.

   En contraste, a las y los trabajadores de menores ingresos les toca bailar con la más fea: además de padecer el transporte colectivo, el costo de la vivienda es tan elevado en la Ciudad de México, que de acuerdo con un estudio de la UACM, el 80% de los derechohabientes de las dependencias públicas que cotizan aquí, obtienen sus viviendas en el Edomex. Cada día se producen 4.2 millones de viajes a la Ciudad desde 58 municipios mexiquenses, de acuerdo con Setravi.

   ¿A poco esto no crea problemas de movilidad y desigualdad? ¿Y cómo se piensan resolver?

   Quedan aún en el tintero varios puntos -que dejaremos para el siguiente martes-, como la siembra de mil 500 árboles a 14 mil pesos el árbol en época de secas, mientras tanto pueden consultar esta editorial y los artículos que hemos citado en el presente Blog y en nuestras redes sociales:

Tweeter: @UNAMsustentable.
Facebook: Sustentabilidad UNAM.

Editorial del Programa Universitario de Estrategias para la Sustentabilidad en el noticiario Primer Movimiento de Radio UNAM, emisión del martes 5 de abril de 2016.
Mireya Imaz, Marjory González. 2016, PUES-UNAM. México.
(Se autoriza la reproducción citando la fuente).

No hay comentarios:

Publicar un comentario