jueves, 31 de marzo de 2016

Divide y vencerás: cómo separar los residuos domésticos

(Editorial del 7 de abril del pasado año. En él se analizaron cuestiones relacionadas con la correcta separación y reciclaje)

Lo primero que debemos hacer es distinguir entre basura y residuos. En la naturaleza, la basura no existe, todo lo que desecha cualquier ser vivo es aprovechado por otros organismos, nada se desperdicia y con el tiempo todo y todos nos incorporaremos a los ciclos de los ecosistemas.
Ahora bien, los humanos hemos desarrollado materiales que difícilmente se incorporan a estos ciclos, como los plásticos, o bien desechamos materiales a una velocidad tan acelerada que los sistemas naturales no los pueden incorporar rápidamente a los ciclos de degradación. Los desechos de nuestras actividades cotidianas, todos revueltos e inútiles se llaman basura. Pero cuando los dividimos para poder reutilizarlos o reciclarlos, se les llama residuos. El reciclaje permite aprovechar materiales, ahorrar agua y energía y disminuir la extracción de nuevos recursos.
De acuerdo con la Ley De Residuos Sólidos del Distrito Federal, publicada en el año 2003, en la ciudad se consideran dos tipos de residuos sólidos: los orgánicos, que son biodegradables, y los inorgánicos, que son todos los demás y que pueden ser valorizados para su reutilización y reciclaje.
Esta es una clasificación completamente rebasada por la realidad, pues algunos de los residuos inorgánicos no tienen cadenas de reciclaje y comercialización en México, como las envolturas metálicas y casi todos los plásticos, además no existe un apartado para los residuos sanitarios como pañales, toallas o condones, así que en la categoría “inorgánicos” terminamos revolviendo materiales útiles y reciclables con desechos no reciclables y con otros que los contaminan, lo que vuelve difícil la separación, provoca que se desperdicien materiales y se pone en riesgo la salud de las y los trabajadores que realizan la famosa “pepena”.
En términos generales, lo correcto sería dividir los residuos en orgánicos, reciclables, no reciclables y sanitarios, e idealmente los materiales no reciclables deberían ir desapareciendo, hasta llegar a un sistema de Basura cero, donde todo lo que consumimos se diseñara de antemano para poderse reutilizar, reparar o reciclar.
Ciudades como San Francisco, Austin y Oakland están a una década de alcanzar este ideal, mientras que países como Suecia han logrado que sólo uno por ciento de sus residuos domiciliarios lleguen a rellenos sanitarios.
Mientras tanto en México… apenas reciclamos el 11 por ciento de nuestros residuos, de acuerdo con un comunicado de la SEMARNAT de mayo del 2013, y eso siendo muy optimistas pues la cifra varía dependiendo del tipo de material de que se trate.
Por ejemplo, 57 por ciento del PET, es decir, el plástico de las botellas de agua, y una cifra similar del papel que se usa en México, se recicla, de acuerdo con las empresas del ramo.
Pero otros materiales no corren con la misma suerte, por ejemplo, casi ningún otro tipo de plástico se recupera y en algunos casos ni siquiera existe una industria para ello, por lo que sólo se recicla el 15 por ciento de las seis millones de toneladas de plásticos que se consumen al año en México, de acuerdo con cifras del 2011 de la Asociación Nacional de las Industrias del Plástico (ANIPAC).
Ante este panorama, en la UNAM el PUMA y la Dirección General de Obras instalamos un sistema piloto de Residuos Sólidos que ya funciona en las Facultades de Ciencias, Veterinaria y en el nuevo Edificio de Posgrado, con divisiones para Orgánicos, Papel y cartón, Botellas de Plástico, Vidrio-Tetrapack y latas –todo esto en un solo contenedor-, y el bote de Otros, donde va todo lo que no se puede reciclar actualmente. Además en los baños se colocan botes para residuos sanitarios, excepto el papel de baño que debe colocarse en el escusado.
Los residuos se mantienen separados en los contenedores y luego en los centros de acopio. Finalmente, los orgánicos se envían a la planta de composta de la UNAM, los reciclables se los llevan empresas especializadas y solamente los Otros y los Sanitarios se van al relleno.
Con ello se busca pasar del actual modelo, en el que enviamos 84 por ciento de nuestros residuos al relleno, a mandar solamente 32 por ciento, lo que representará ahorros para la Universidad, evitará el desperdicio de materiales, formar ciudadanos más responsables con sus residuos y pondrá el ejemplo para mejorar los sistemas de manejo y disposición en el país.
Como ven, este es un caso en el que queda muy claro el viejo refrán que dice “divide y vencerás”.
Finalmente, les queremos hacer la invitación para que consulten nuestro canal de YouTube y vean el video que sobre este tema elaboró el equipo de Educación Ambiental del PUMA. La dirección es www.youtube.com/PUMAmbiente

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