(Editorial del 16 de septiembre en el que se habló de la estrategia de sustentabilidad de la UNAM)
Como
algunos de los temas que hemos abordado en este espacio resultan un
tanto desalentadores, queremos levantar un poco el ánimo, contándoles también historias esperanzadoras
relacionadas con lo que se está haciendo o se puede hacer para
modificar el rumbo al que nos está llevando la actual crisis
ambiental global.
No
es gratuito que en chino, la palabra ‘crisis’ tenga dos
caracteres, uno que significa “peligro” y el otro, “oportunidad”.
Retomando
esta dualidad, en esta ocasión hablaremos de las acciones que está
realizando la UNAM para convertir este momento de crisis en una
oportunidad para el cambio, para moverse como institución y ser
ejemplo de sustentabilidad, tanto en sus tareas sustantivas como en
la operación cotidiana de nuestra casa de estudios.
Al
igual que otras Universidades y Centros de Investigación, la UNAM se
cuenta entre los primeros lugares que detectan y analizan las
transformaciones de escala global que está provocando la actividad
humana en prácticamente todos los sistemas y ciclos naturales del
planeta. Siendo así, debemos actuar en consecuencia con lo que
estamos descubriendo y estudiando pues, para decirlo rápido, no
podemos hacernos de la vista gorda respecto de los graves problemas
ambientales del planeta.
Resulta
obligado entonces que en la Universidad de la Nación se reflexione
sobre la necesaria evolución de los actuales modelos de pensamiento,
de producción de conocimientos y de desarrollo, que ésta reflexión
llegue a los contenidos de los planes y programas de estudio con los
que se forma a las nuevas generaciones de profesionistas, y que los
conocimientos que se producen aquí sirvan como guía para modificar
el funcionamiento de la propia universidad.
La
UNAM ha realizado múltiples esfuerzos en este sentido, desde hace
varias décadas, además de buscar cómo disminuir su impacto
ambiental y hacer un uso más eficiente de sus recursos, pero hasta
hace pocos años no tenía una estrategia integradora que coordinara,
impulsara y diera seguimiento a estas acciones.
La
Estrategia de Universidad Sustentable EcoPUMA surgió con ése fin,
para articular y potenciar todos estos esfuerzos, evaluar los
resultados de nuestras acciones y multiplicar las prácticas
sustentables, tanto dentro como fuera de nuestra casa de estudios.
En
esta estrategia participan escuelas, facultades, centros e institutos
de todos los niveles educativos que atiende la UNAM, así como las
diversas áreas operativas, administrativas y de servicios que
atienden a la comunidad universitaria.
Nuestra
casa de estudios ha incorporado la dimensión ambiental en sus tareas
sustantivas, de Educación, Investigación y Difusión de la
cultura. Por ejemplo, en los últimos años ha realizado un gran
esfuerzo para diseñar y abrir once nuevas licenciaturas que llevan
como eje la responsabilidad ambiental y la sustentabilidad.
Asimismo,
existen
al menos 944 asignaturas con esta temática, además
de un número muy importante de diplomados, talleres y seminarios.
Nos alegra mucho decir que existen decenas de organizaciones
estudiantiles que tienen entre sus objetivos los temas ambientales y
de la sustentabilidad.
En lo
que respecta a la
operación cotidiana, la estrategia EcoPUMA está organizada en ocho
ejes: agua, energía, residuos, movilidad, áreas verdes, consumo
responsable, administración electrónica y construcción
sustentable.
Poco
a poco iremos detallando los diversos proyectos que se están
llevando a cabo, pero podemos mencionar algunas de las muchas
actividades que realiza la UNAM por la sustentabilidad y el ambiente.
En
el tema de áreas verdes, nuestra casa de estudios es la única en el
mundo que tiene dentro de su campus
central una Reserva Ecológica, la del Pedregal de San Ángel, además
de tener dos estaciones que estudian y protegen las Áreas Naturales
de Chamela y los Tuxtlas. También se han instalado cuatro “azoteas
verdes” en Ciudad Universitaria y el campus
Morelia.
Para
mejorar el manejo de residuos, se diseñó un nuevo sistema que ya se
probó en las Facultades de Ciencias, Veterinaria, y el nuevo
Edificio de
Posgrado. El objetivo es que en lugar de enviar al relleno sanitario
84% de los residuos que producimos, enviemos solamente 30% y se
aproveche lo demás en cadenas de reciclaje y composta.
Además
la UNAM es pionera en temas de movilidad, Ciudad Universitaria se
diseñó fundamentalmente con
carácter
peatonal,;
y actualmente
funciona Bicipuma, que es un sistema de préstamo gratuito de
bicicletas, por cierto anterior al ‘boom’ ciclista en el DF, y
también funciona el Pumabús, que es un servicio de autobuses
gratuitos dentro de CU.
En
el tema de energía, este año inauguramos el sistema de
calentamiento solar de la Alberca Olímpica, una de las más grandes
del país, se sustituyó
el alumbrado del Estadio y se han ido sustituyendo
luminarias en los circuitos vehiculares.
En la
cuestión hídrica, están
en marcha el
Programa Universitario de Manejo, Uso y Reuso del Agua, PUMAGUA, así como la
Red del Agua que reúne a 750 especialistas, y comenzó a funcionar
un sistema de captación de agua pluvial para consumo humano en el
Edificio de Programas Universitarios, al que llamamos “jugo de
nube” y con el que nos hacemos nuestro café todos los días.
La
lista aún es larga, pero lo más importante que quisiéramos
dejarles como reflexión del día de hoy, es que el cambio hacia la
sustentabilidad es posible con trabajo en equipo, sumando voluntades
y creatividad, para pasar de la palabra ‘crisis’ a la palabra
‘oportunidad’.
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